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Por Aquel en Cuya mano está mi alma, seguirán el camino de quienes los precedieron
Por Aquel en Cuya mano está mi alma, seguirán el camino de quienes los precedieron
Abu Waqid Al-Laizi —que Al-lah esté complacido con él— narró: «Cuando el Mensajero de Al-lah —la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él— partió hacia Hunain pasó por delante de un árbol de los idólatras al que llamaban "dhatu anuat" donde solían colgar sus armas. Le dijeron: "¡Oh, Mensajero de Al-lah!, haz para nosotros un "dhatu anuat" como ellos tienen". El Profeta —la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él— respondió: "¡Glorificado sea Al-lah!, es como lo que dijo el pueblo de Moisés: {Danos divinidades como las que ellos tienen} [Corán 7, 138]. Por Aquel en Cuya mano está mi alma, seguirán el camino de quienes los precedieron"».
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El Mensajero de Al-lah —la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él— partió hacia Hunain, que es un valle entre Taif y La Meca, y de entre los que estaban con él, habían algunos compañeros que recientemente abrazaron el islam, y pasaron por delante de un árbol al que llamaban «dhatu anuat»; es decir, 'aquel en el que se cuelgan cosas', pues los idólatras solían reverenciarlo y colgaban en él sus armas y otros objetos para obtener bendiciones. Entonces le pidieron al Mensajero —la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él— que les procurara un árbol como ese para que pudiesen colgar sus armas y obtener bendiciones pensando que eso estaba permitido. El Profeta —la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él— alabó y exaltó a Al-lah rechazando tal petición y dijo que lo que habían solicitado era parecido a lo que le pidió a Moisés su pueblo, {Danos divinidades como las que ellos tienen}, cuando vieron a los que adoraban ídolos y le pidieron tener ídolos como los que los politeístas adoraban, lo que significaba seguir su camino. Después, el Profeta —la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él— les comunicó a modo de advertencia que esta nación seguiría el ejemplo de los judíos y cristianos y los imitaría.فوائد الحديث
El ser humano puede considerar algo como bueno y pensar que lo acercará a Al-lah el Altísimo cuando, en realidad, lo aleja de Él.
El musulmán debe alabar a Al-lah y proclamar Su grandeza cuando oiga lo que no debe decirse sobre la religión y cuando se sorprenda por algo.
Se considera politeísmo buscar bendiciones en los árboles, las piedras y otros objetos, pues solo deben pedírsele a Al-lah.
La causa de la adoración de los ídolos radica en su exaltación, la devoción que se les rinde y la búsqueda de bendiciones a través de ellos.
Deben cerrarse todas las puertas y vías que conducen al politeísmo.
Los reproches sobre los judíos y cristianos que aparecen en los textos islámicos son una advertencia para nosotros.
Está prohibido imitar a los pueblos preislámicos, a los judíos y a los cristianos, salvo en aquello sobre lo que hay una prueba de que es parte de nuestra religión.